Alimentación y salud intestinal: cómo cuidar tu microbiota para sentirte mejor
- Vilbofit

- 10 oct
- 3 Min. de lectura
¿Qué es la microbiota intestinal y por qué es clave?
La microbiota intestinal es el conjunto de microorganismos (bacterias, levaduras, virus) que viven en nuestro intestino, principalmente en el colon. Aunque no los vemos, tienen funciones esenciales:
Ayudan a digerir alimentos que nuestro organismo por sí solo no puede procesar.
Producen vitaminas y nutrientes beneficiosos.
Fortalecen la barrera intestinal, protegiendo contra infecciones.
Regulan el sistema inmunológico.
Influyen en la inflamación del cuerpo, y por extensión, en enfermedades metabólicas como obesidad, síndrome metabólico o diabetes.
Un intestino con microbiota desequilibrada (lo que se llama disbiosis) puede afectar no solo la digestión, sino también el ánimo, el sistema inmune, y aumentar riesgo de enfermedades digestivas crónicas.

1. Señales de que tu microbiota puede estar desequilibrada
Si bien cada persona es distinta, varios estudios y fuentes coinciden en síntomas comunes que pueden alertar sobre un desequilibrio en nuestra microbiota. Algunas señales a observar son:
Estas señales pueden variar, y la presencia de alguno no implica automáticamente disbiosis. Si persisten, conviene consultar con un nutricionista.
2. Alimentos que favorecen una microbiota saludable
Para favorecer un ecosistema intestinal equilibrado, conviene incorporar alimentos y hábitos concretos. A continuación algunas de las mejores opciones, respaldadas por la evidencia:
Alimentos ricos en prebióticos: Son fibras que no se digieren en el intestino delgado y llegan al colon, donde alimentan bacterias beneficiosas. Ejemplos: alcachofas, ajo, cebolla, puerros, plátano maduro, avena, legumbres.
Alimentos fermentados con probióticos vivos: Yogur natural, kéfir, chucrut, kimchi, kefir sin azúcares añadidos. Estos aportan microorganismos útiles que pueden repoblar y mejorar el balance microbiano.
Cereales integrales: Quinoa, arroz integral, avena, pan de masa madre. Estos alimentos aportan fibra, vitaminas del complejo B y soporte para bacterias saludables.
Legumbres: Lentejas, garbanzos, porotos, lentejas negras, etc. Son fuentes excelentes de fibra, proteínas vegetales y compuestos bioactivos útiles para la flora intestinal.
Frutas, verduras y variedad vegetal: Cuanta más variedad, mejor diversidad bacteriana. Hojas verdes, frutas con piel, vegetales de distintos colores.
Grasas saludables y compuestos bioactivos: Omega-3 (pescado azul, nueces, semillas de lino), aceite de oliva extra virgen, polifenoles de frutas, chocolate negro (alto cacao). Estos ayudan a reducir inflamación y favorecer bacterias benéficas.
3. Alimentos / hábitos que pueden dañar la microbiota
Es tan importante saber qué poner como qué evitar. Algunos factores nocivos:
Alimentos ultraprocesados, con alto contenido de azúcares refinados, grasas trans, aditivos ‒ pueden disminuir diversidad microbiana.
Consumo excesivo de antibióticos (cuando no son necesarios).
Uso frecuente de edulcorantes artificiales, conservantes, emulsionantes ‒ hay evidencia de que afectan negativamente la flora intestinal.
Sedentarismo, estrés crónico, falta de sueño. Todos estos influyen en la composición de la microbiota intestinal.
Consejos prácticos para mejorar tu microbiota día a día
Aquí tienes una rutina simple que puedes incorporar poco a poco:
Incrementa fibra gradualmente: No lo hagas de golpe, para evitar gases y malestar. Empieza con +5-10 g al día más de lo que consumes ahora, incluyendo fruta, verduras, legumbres.
Incluye un alimento fermentado/día: Puede ser yogur, kéfir o alguna verdura fermentada como chucrut o kimchi.
Varía tus fuentes vegetales: Trata de consumir al menos 30 tipos distintos de plantas por semana: vegetales, frutas, legumbres, semillas, hierbas. Más variedad → más diversidad microbiana.
Prefiere alimentos integrales sobre refinados: Pan integral o masa madre, arroz integral/quinoa en vez de arroz blanco, etc.
Hidratación y movimiento: Beber suficiente agua favorece el tránsito intestinal. Hacer actividad física moderada ayuda también a que la motilidad y la circulación intestinal funcionen mejor.
Dormir bien y manejar el estrésEstas áreas influyen mucho más de lo que solemos pensar en la salud intestinal.
Conclusión
Cuidar tu microbiota intestinal no es algo de moda, sino una estrategia esencial para mantener digestión óptima, buen sistema inmunológico, mejor ánimo, y prevenir enfermedades. Inicia con cambios pequeños: más fibra, alimentos fermentados, variedad vegetal, evitar ultraprocesados, y optimiza tu descanso y manejo del estrés. Si tienes molestias persistentes, consulta con un nutricionista para un plan personalizado.

PALI.
Nutricionista equipo VILBOFIT
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